Es posible que durante una revisión del sistema de refrigeración del motor apreciemos que el líquido refrigerante del coche ha adquirido un color lechoso o marrón. Si se ha dado cuenta de esto, está claro que se ha mezclado aceite en el agua refrigerante.
Cuando la fuga es reciente, puede percibirse el brillo de un líquido aceitoso flotando sobre el líquido refrigerante. Esto nos indica que ya se ha producido una avería y que un poco de aceite se ha filtrado, mezclándose con el refrigerante. Si apreciamos esto, ¡ESTAMOS A TIEMPO! Esta avería debe ser reparada lo antes posible.
CAUSAS DE QUE APAREZCA ACEITE EN EL REFRIGERANTE
Las razones por la que el aceite puede llegar a mezclarse con el anticongelante pueden ser varias. Las dos causas principales son una junta de culata quemada o la avería del enfriador de aceite.
Esta avería presenta varios síntomas, como el sobrecalentamiento del motor, la pérdida de potencia o la contaminación del aceite del motor, por citar algunos. Cuando la junta de la culata motor se quema, el líquido refrigerante se puede fugar del motor, impidiendo la correcta refrigeración del mismo.
Si se daña la junta, el aceite y otros residuos del proceso de combustión también se pueden filtrar y mezclar con el líquido de refrigeración, lo que hace que este no pueda enfriarse bien por la acción del radiador, provocando también el sobrecalentamiento del motor.
Los síntomas que detectan si la avería viene de la junta de culata son:
- Sobrecalentamiento del motor. La temperatura normal del funcionamiento del motor es de entre 80 y 90°. Si se enciende el testigo de la temperatura, nos puede estar indicando que la junta de la cabeza se ha quemado y se ha producido una fuga de refrigerante impidiendo su correcta refrigeración
- Pérdida de potencia. Cuando la junta está dañada se pierde potencia, pues los gases de la combustión pueden escapar del cilindro y se pierde la potencia que genera ese cilindro en concreto. Cuando pisamos el acelerador, se notará esta pérdida y, es posible, escuchar un silbido metálico.
- Contaminación del aceite del motor. El aceite de motor contaminado es un síntoma de que la junta de la culata se ha quemado. Si encontramos lodo blanquecino debajo del tapón del aceite de motor o en la varilla de medición del aceite del motor, esto confirma esta contaminación.
- Humo blanco y de olor dulce. Si sale humo blanco de olor dulce del tubo de escape, esto nos indica una fuga del refrigerante y/o del aceite del motor de los cilindros del motor. Con el calor, este se evapora y sale por el tubo de escape. En estos casos, debemos detener el coche y llamar a la grúa de inmediato.
- Fugas de aceite o refrigerante del motor. Si hemos detectado fugas de aceite o de líquido refrigerante bajo el motor del vehículo, estamos ante otro de los síntomas de una junta quemada. En este caso, se encenderá el testigo del aceite del motor avisándonos del problema.
- Burbujas de aire dentro del radiador. Si detectamos burbujas en el radiador, aunque la temperatura sea baja, es un síntoma claro de una junta quemada. No es posible detectar este síntoma hasta que tengamos que reponer el refrigerante porque su nivel sea bajo. Conviene recordar que, si tenemos que reponer refrigerante regularmente, muy posiblemente tengamos una fuga que debe ser reparada para evitar que el motor se sobrecaliente.
- Bujías sucias. Si vemos que en las bujías hay residuos de color blanquecino, sobre todo cerca de los electrodos, es posible que el problema venga de la junta de la culata del motor. Es un síntoma difícil de detectar pero puede darnos una pista clara de esta avería si lo apreciamos al cambiar o limpiar las bujías.
Cuando se confirma que la junta de la culata está en mal estado, será necesario cambiar la junta de la culata. Después, se drena el sistema de refrigeración por completo y se revisa la bomba de agua y el radiador para comprobar que no haya sufrido daños. Nunca se recomienda circular con esta avería.
Si tenemos que seguir conduciendo con la junta de la culata quemada, es recomendable hacerlo muy despacio hasta el taller. El daño al motor por estar expuesto a altas temperaturas puede ser muy grave.
Los síntomas que detectan si la avería viene del enfriador del aceite:
Este componente no está en todos los vehículos con motor de gasolina, sin embargo, los motores con turbo si suelen llevarlo. Si el enfriador de aceite se deteriora y se forman fugas, es muy posible que el aceite acabe mezclándose con el líquido refrigerante.
· Cuando se quema la junta de la culata, se percibe una disminución de potencia del motor. Esto no pasa cuando las fugas vienen del enfriador de aceite, pues no afecta al rendimiento del motor.
· Si el problema es una fuga del enfriador de aceite, es mucho más fácil y económico reparar la avería. Igualmente, hay que drenar el sistema de refrigeración y luego volver a llenarlo.
Estas son las dos causas principales por las que puede entrar aceite en el circuito refrigeración. También, en coches con transmisión automática, puede producirse otro caso: que se produzcan fugas del enfriador de la transmisión.
Los síntomas que detectan si la avería viene del enfriador de la transmisión:
En los vehículos con enfriador del líquido de la transmisión, pueden producirse grietas entre el radiador y este enfriador. Cuando esto pasa, el líquido de transmisión puede llegar a mezclarse con el líquido refrigerante. Esto le da un color espumoso y rosado al refrigerante.
El peor caso posible es que el líquido de refrigeración llegue a la transmisión. Cuando ocurre esto, se pueden producir daños importantes en la transmisión que pueden hacer necesaria su sustitución.